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Los 3 mandamientos de una buena milanesa
uno
La carne
La principal característica de la auténtica milanesa es la terneza de su carne.
La nuestra procede de una ganadería emplazada en la Reserva Natural del Valle de Iruelas (Ávila), entorno privilegiado y sostenible con un clima que ofrece las condiciones perfectas para la cría de ganado.
dos
El espalmado
Todas nuestras milanesas pasan por este proceso.
Y aunque parezca sencillo, no lo es. Con cariño para no romperlas pero con dureza para que surta efecto.
Para que al comerla no haya prácticamente ni que masticarla. Poder comerla con cuchara es la prueba del algodón de una buena milanesa.
dos
El espalmado
Todas nuestras milanesas pasan por este proceso.
Y aunque parezca sencillo, no lo es. Con cariño para no romperlas pero con dureza para que surta efecto.
Para que al comerla no haya prácticamente ni que masticarla. Poder comerla con cuchara es la prueba del algodón de una buena milanesa.
tres
el empanado
La cosa se pone seria:
- Paso 1: Con la carne ya espalmada, la pasamos muy ligeramente (muy importante no pasarse) por harina.
- Paso 2: Aquí llega lo bueno, sumergimos la pieza de carne en nuestro mejunje sagrado: Huevo, ajo, perejil, sal, pimienta y el ingrediente secreto. Nada más pero nada menos.
- Paso 3: Este nos lo guardamos. Si conoces a alguna tata, pregúntaselo para salir de dudas 😉
- Paso 4: Freir en aceite muy caliente, a unos 200 grados. Si está a la temperatura idónea, 15 segundos por cada lado y lo tenemos.
La receta
más antigua.
La que se disfruta con toda la familia. La finita, la crujiente,
esa que si pruebas una vez, ya no hay vuelta atrás.
No tiene secreto (o sí…)